Con más de 8.500 kilómetros, este camino que se conserva hasta nuestros días, se extiende desde el extremo sur de Colombia hasta la ciudad de Talca en Chile, alcanzando en algunos tramos hasta 15 metros de ancho. Ocupa seis países de Sudamérica: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile.
Realizar un recorrido por el camino del Inca, despierta el interés por huellas arqueológicas y paisajes de incomparable belleza en la sierra del Ecuador. El recorrido por el Camino del Inca le permitirá acercarse a pueblos que no han cambiado su fisonomía desde hace más de 200 años y visitar el sendero, que en una época unía un estado de más de 8,000 mil kilómetros de longitud y tenía una población de aproximadamente 12 millones de habitantes en la época del Tahuantinsuyo.
¿Qué es el Cápac Ñan?
El Cápac Ñan (quechua: Qhapaq Ñan, "Vía principal"), es el eje principal del sistema vial del Imperio Inca. Todas los caminos del imperio se vinculaban con el Cusco, la capital imperial.
El Cápac Ñan, en lengua quechua, “El camino del Señor”, es el camino inca principal de donde se desprenden una serie de caminos que unen los distintos pueblos del Imperio Inca. Durante el Tahuantinsuyo constituyó un medio de integración para el admirable desarrollo de la cultura andina en los aspectos político – administrativo, socioeconómicos, sociales, culturales y ambientales.
Trayecto
El Cápac Ñan salía del Cusco en cuatro direcciones: al norte Chinchaysuyo, ocupado por quechuas, yungas y chibchas; al sureste, Collasuyo, ocupado por aymaras y qollas; el Contisuyo, al suroeste, ocupado por pukinas, y el Antisuyo, al oriente, ocupado por los antis (las actuales poblaciones nativas de la amazonía).
Principal objetivo
El Cápac Ñan permitió la integración de estos pueblos a través del intercambio de diversos productos, la transmisión de valores culturales, el acceso a los diferentes santuarios incaicos y el desarrollo de prácticas comunes. Fue además un símbolo del poder del Estado Inca que reflejaba su expansión a lo largo de la geografía sudamericana, llegando a abarcar seis países andinos actuales: Perú, Bolivia, Argentina, Chile, Ecuador y Colombia, y uniendo diferentes regiones que conformaban el Tahuantinsuyo.
En el Ecuador
El vestigio arqueológico más importante del Cápac Ñan o Camino del Inca, atraviesa el territorio ecuatoriano por la Región Interandina, Pichincha, población de Achupallas (provincia de Chimborazo) en dirección sur, atravesando una zona de montañas cubiertas de extensos pajonales, lagunas e innumerables fuentes de aguas. Atraviesa la provincia del Cañar por lugares como Paredones, Culebrillas, Ingapirca, Cojitambo, Pachamama, en la Provincia del Azuay en varios sitios: Turi, Luspa, Tambo de Taita Chugo en el Parque Nacional El Cajas, Nabón, Dumampara entre otros y llega a Saraguro en la Provincia de Loja.
La construcción
La vía, construida para el tránsito de personas y animales como las llamas o alpacas, supera las asperezas de la difícil topografía andina, a través de un sendero que en su comienzo sigue un riachuelo y progresivamente sube un farallón rocoso por un sigsageante paso que conecta, casi de manera inmediata, con el característico piso de páramo andino ecuatorial, sobre los 3.200 m sobre el nivel del mar.
Poco a poco el camino se delinea a través de los lomos del Callana Pucará, en cuyo trayecto se puede admirar las huellas superficiales de amontonamientos de piedras que sugieren la existencia de antiguas construcciones.
Continúa el recorrido, paso por Quimsacruz (4,000 m.s.n.m)
El frío de la altura, el silbido del viento al rozar el pajonal y el constante golpeteo de las aguas acompañan al viajero hasta encontrar una subida conocida como el paso de Quimsacruz (4 000 m) imponente macizo que en ocasiones su cubre de nieve, impidiendo la circulación de los caminantes. Este lugar, a más de ofrecer una hermosa vista del perfil de las rocas milenarias, está engalanado con una laguna. De acuerdo a relatos de viajeros como Caldas o Humboldt, el paso por Quimsacruz, en siglos pasados, cobró la vida de muchas personas que no resistieron la intensidad de las bajas temperaturas.
Culebrillas, Paredones
Culminado el cruce de la montaña, se divisa en dirección sur, el valle de Culebrillas, en cuya superficie se desplaza, igual que el lento movimiento de una serpiente, el cauce que alimenta a la mítica laguna.
Para llegar a la planicie se debe vencer el descenso de Quimsacruz, a través de un sendero que por el uso de los siglos, se presenta como un canal pedregoso que baja formando un laberíntico recorrido. Superado este tramo, encontramos las empantanadas tierras que rodean a Culebrillas, cruzamos el río del mismo nombre y retomamos el flanco de la montaña hasta el tambo de Paredones. Se trata, en efecto, de un gran tambo que se mantuvo en uso hasta comienzos del siglo XX, cuando los viajes de Riobamba a Cuenca debían realizarse por esta ruta, antes de la construcción de las carreteras modernas. Por este camino se movilizaron los antiguos puruháes y cañaris; los incas la ampliaron y dotaron de obras de infraestructura, en donde se identifica al actual tambo, que no obstante encontrarse en ruinas, aún delata la magnitud de su construcción.
Paso de ilustres personajes en la Colonia
En la época colonial y en los comienzos de la república, éste fue refugio de personajes ilustres como Humboldt, Caldas, La Condamine y héroes de la independencia como Antonio José de Sucre. El edificio mantiene una arquitectura de tipología colonial y está hecho en piedra y cal. Sin duda, este cambio se debe a la reconstrucción que se hizo en el siglo XX, adaptando el material aborigen a una edificación con apariencia de casa de hacienda. De todas maneras, los cimientos originales están allí, enterrados desde hace más de quinientos años, esperando que en algún momento se descubran y se recuperen a través de una investigación arqueológica debidamente planificada.
Ingapirca
Este tambo, está ubicado aproximadamente a la mitad del camino en dirección a Ingapirca, el otro centro inca cañari de importancia en la región. De Paredones, el camino, algo perdido por el pajonal y el uso moderno de vaqueros y campesinos, se recorre en terreno plano, cruzado por pequeños pantanos y cauces de agua que poco a poco se van uniendo hasta formar las fuentes del río Cañar. A lo lejos ya se divisan manadas de ganado paciendo en los verdes pastizales, que de vez en cuando se alternan con amorfas rocas que testimonian una intensa actividad volcánica de tiempos probablemente terciarios. Con el transcurso del tiempo y caminando a buen ritmo, nos acercamos a las primeras viviendas de los cañaris, construidas en zonas altas con adobes y paja. Poco a poco el paisaje se vuelve más pintoresco por los sembradíos de tubérculos como la papa, cereales como el trigo y otros cultivos propios de este piso altitudinal. Los rebaños de ovejas y de vez en cuando la movilización de hombres de campo, mujeres y niños, nos acompañan en el recorrido hasta llegar al templo solar Ingapirca.
Azuay y Loja
Continúa el trayecto al sur, Cojitambo, “Parada de oro” en la capital de los Cañaris, en su paso por el Cantón Déleg de la misma provincia atraviesa la meseta de Pachamama, llega a la ciudad de Cuenca en donde hay importantes tramos en localidades como Turi, Luspa, Tambo de Taita Chugo en el Parque Nacional El Cajas, Nabón, Dumampara entre otros y llega a Saraguro en la Provincia de Loja.
Información tomada de:
www.fantasticecuador.com
www.es.wikipedia.org
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